Uno no tiene idea hasta que lo siente en carne propia
Me suelen pasar cosas absurdas pero nada como esto: Iba en el bus de la UCR de Pavas a las 5 de la tarde (camino a San Pedro) a esa hora el grueso del pasaje corresponde a trabajadores (oficinistas, cajeros, obreros...) casi no vamos estudiantes, pero el bus va llenísimo.
Iba sentada en el segunda asiento desde la puerta trasera, al lado izquierdo y se sentó a la par mía un señor blanco, con bigote, camisa gris claro, pantalón gris oscuro, corbata negra, pelo café, maletín negro en el regazo... se veía como un oficinista cualquiera que va a su casa.
Como es mi costumbre iba leyendo, el señor se cruzo de brazos, de pronto sentí que rozaba con su dedo mi seno derecho, pensé que fue un "safis", mis pechos son tan pequeños... lo volví a ver y él se hizo el loco, -seguro le dio pena- pensé. Luego sentí que se revolvía en su asiento, pero lo ignore, la verdad el libro estaba muy bueno, unos amigos tenían una amena conversación de pie justo a la par de el señor y yo, un muchacho escuchaba música desde su ipod de pie al lado de los amigos.
Luego el señor metió su mano debajo del maletín, y empezó a pasar su mano sobre su zipper, yo pensé que era bastante raro pero a lo mejor le picaba, la tenía escaldada, chimada, le da calor, estaba llorando, no se algo le pasaba a su pene.
De pronto sucedió lo inesperado, yo continuaba con mi lectura así que no vi como pasó pero de pronto tenía su flácido miembro "al aire", lo acariciaba concienzudamente escondido debajo de su maletín el cual estaba inclinado en el punto exacto para que mis virginales ojos lo vieran.
Lo primero que pensé a causa del shock fue que el hombre era un completo cochino, intenté ignorarlo para no darle ánimos al señor ese, pero fallé, volvía ver el miembro y ya estaba totalmente erecto. Como estudiante de salud no me sentí abrumada al ver un pene, vaya desde que tengo memoria se que los hombres tienen algo "diferente" ahí abajo.
Para tratar de olvidarme del hecho me puse a analizar el pene, estoy casi segura de que era el pene más pequeño del mundo aún erecto no sobrepasaba los 5cm (no estoy vacilando era así de pequeño), era totalmente blanco, como chorizo normal (no francés) pero tan delgado como una salchicha, el diminuto pene era totalmente liso, perdón he visto varios penes en mi corta vida (visto, no utilizado) pero nunca vi una tan exageradamente liso. En ese instante percibí el olor que despedía, era dulce, empalagoso, asqueroso, me pregunte que pasaría si eyaculaba tan cerca.
De pronto una reacción mucho más humana afloro de mi, sentí asco, tanto que casi vomito, cabe destacar que el asco no es un sentimiento común en mi persona (solo me dan asco las cucarachas) por lo que me tomo con las defensas bajas, no sabía que hacer con el asco, me quede petrificada; un segundo después el asco ya no estaba, en ese momento me sentí abusada, violentada, sentí que todos mis derechos fueron pisoteados por ese hombre que blandía su pene con deliberada intención ante mi, mi garganta estaba contraída como cuando uno quiere llorar pero no le salen las lágrimas.
No podía hablar ni moverme (generalmente me pasa eso únicamente cuando me gusta alguien...) pero en ese momento era lo opuesto, el descaro de ese hombre me paralizó entonces pensé "quien es ese hombre desconocido para hacerme sentir de esa manera", mi carácter (gracias a Dios) salió a la superficie me sentí como si me hubiera abofeteado, y lo siento pero no iba a poner la otra mejilla, no esta vez.
Volvía ver a los muchachos que conversaban y al que escuchaba música todos ajenos a mi estado de ánimo, carraspee un poco más alto de lo normal, quería darle al tipo su oportunidad de redimirse, me ignoró, él sabía que yo estaba viendo su diminuto miembro a pesar de que no moví mi cara en su dirección ni un milímetro. Yo no estaba decidida todavía, pero la sonrisa que curvó sus pervertidos labios me hizo tomar la decisión.
Era el turno de mi puesta en escena, volví a carraspear... listo! ya tenía la atención de la gente que iba de pie, el hombre seguía con su porquería, con mi mano izquierda saqué el celular de mi madre que milagrosamente traje conmigo cuando vi que el mío no tenía carga, con la derecha empuje el maletín del hombre y más rápido de lo que pensé que lo fuera capaz le saqué una foto, la gente que iba de pie se sobresaltó por mi movimiento y afortunadamente vieron hacia mi dirección quedando frente a frente o más bien "frente a pene" una señora emitió un gritito de sorpresa, los muchachos lanzaron un torrente de improperios, los del asiento de adelante se volvieron de inmediato y los del asiento de atrás se pusieron de pie.
El pervertido se las ingenió para guardar su vergüenza y escabullirse por la puerta de atrás a pesar de que la gente había empezado a rodearlo, se bajó del bus en el paseo colón y corrió lejos, el chofer preguntó la razón del alboroto, un muchacho del ipod explicó a voces lo que el hombre me estaba haciendo parecía que el estuvo al tanto de todo desde el principio, sin embargo no dijo nada.
El chofer me preguntó como me encontraba, gente me ofreció confites, chicles inclusive y inclusive, un muchacho me dio una cerveza asombrosamente fría y sudorosa, lo rechacé todo, todavía sentía el olor de su miembro en mi lengua,
después de unos cuantos "estoy bien", "si, era un cochino" la gente se puso a hablar entre ella y para mi alivio me dejaron. Continué con mi lectura.
No sentí venganza en ningún momento, yo no era la que debía sentirse avergonzada. Ya no estaba asustada, ni paralizada, ni con ira, me sentía bien, por que no deje que ningún sentimiento ni acción se sobrepusiera a mi libertad.
No fue mucho lo que hice, pero me sentí valiente, no la que se siente al subirse a un árbol o andar en moto por primera vez, era una valentía diferente una valentía que me llenó por completo.