Sinceramente lo pensé

La gran mayoría de las películas que existen en el mundo empiezan con un acto que le cambia la vida a los personajes, una misión, la adquisición de poderes sobrenaturales, conocer a alguien, caerse de un balcón... en fin, un hecho que hace que una vida de un giro de 180º.

Lo más triste de estas cosas es que pensé que eso no le pasa a los mortales o al menos no a mi, no medias naranjas, no habilidades especiales, no búsquedas del tesoro... iba a escribir originalmente que todas las cosas que vivimos cada día hace que nuestra vida de un giro de 180º y de una vez anula miles de cosas que podrían haber pasado; pero no estoy del todo convencida.

Iba a decir que toda nuestra vida es esa gran aventura que vemos en el cine o leemos en nuestro libro favorito; iba a decir que cada novio que hemos tenido y tendremos es una historia de amor, esa historia de amor que no deja que seamos los mismos que éramos antes.

Estaba por escribir que cada sonrisa y cada emoción es esa habilidad especial; cada gesto es el súper poder, cada acción va a cambiar la vida de alguien, va a darle ese giro, el giro que tal vez ellos también estén buscando.

Iba a decir que nuestros días están llenos de pequeños momentos que merecerían estar en una película, esos momentos donde definitivamente estamos cerca de escuchar el soundtrack de nuestra vida, al narrador omnisciente, algunos en realidad lo hacemos...

Paso por mi mente la idea de que todos vivimos es esa película taquillera que todo el mundo quiere ver y protagonizar; pensé que las palabras que dejamos libres son la espada y el escudo que utiliza el valiente guerrero y cada pensamiento que apresamos son esas estrellas que guían al héroe hasta su destino.

Quise convencerme de que vivo en una aventura que nunca me deja atrás, que siempre espera mis movimientos. No importa que aburrida esté, ni que incómoda me sienta, ni que sola o ignorada me encuentre en ese momento, la historia siempre será mía, mientras viva y hasta después seré el personaje principal de mi vida.

Pensé cada cosa y en realidad lo quise decir, algo dentro de mi dice que estoy en lo correcto, algo me dice que son el mejor personaje de mi propia historia.

Mis pensamientos me dicen que es verdad, respaldan mis palabras y se regocijan por que piense en ellas, se alegran de que en algún lugar de mi cerebro dos neuronas se conecten y me dejen pensar que es así.

Ciertamente es correcto pensar así; sin embargo, sería feliz si de verdad lo sintiera, sería grandioso si la dicha de creerlo me acompañara y abrigara, pero la dicha no esta conmigo en este instante. Esa puñito de felicidad que tenía cada día no es tan grande como antes, no me alcanza como solía hacerlo, no me completa plenamente y en estos momentos no se como hacerlo crecer.

Lo único que me queda por hacer es intentar ser el protagonista que mi historia y yo necesitamos...